Me golpeas potentemente, con repentina honestidad y certero el golpe desdobla mis entrañas. Abrumado, ahora no busco alguna explicación, y desanimado por los resultados de aquella ecuación descifrada, solo por mendigos con deseos y pasiones, animales de ficción.
Ahora la descuadrada naturaleza de tu ser se desdobla en un reptil amorfo con intenciones de verdad, sin permanecer estática un momento y tratar de concederme la calma del fuego, tu sinceridad te ha herido sin querer, por un momento, dejándote inconsciente dos segundos milenarios, profanados por mentiras y creencias intolerantes de locura y, creerte significa solo un paso hacia tu abismo ultra corpóreo.
Alimentando las defensas de mí ser y mi fanática pasión por ti, camino hacia lo oscuro dejando pedacitos de papel con mis incertidumbres, para no perderme en el camino de regreso hacia mi luz intestinal.
Pero a cada paso pierdo la conciencia entre tus labios y me olvido de mis papelitos, dejándome hundir en el abismo entre tus piernas cortas y rechonchas como zanahorias, me permito encontrar una nueva perplejidad verdadera y animosa, que me llena de hastió y demencia delirante, incontrolable, volcando en mi mente sal y leche, dejándome en completo asombro.
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